El sábado 29 de octubre fuimos a Girona, habíamos quedado como 8 personas y al final sólo aparecimos 4.
Nos encontramos en Sants y mas tarde que pronto nos enteramos que en los tableros que informan la salida de los trenes no pone Girona sino Cerbere. El tren pasa cada hora y es la línea BCN – Girona – Figueres – Cerbere. Se tarda como una hora y 15 minutos.
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Estación de tren de Girona
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Museo del Cine
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Puente sobre el río Oñar
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Casas colgantes sobre el río Oñar
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Lámpara muy bonita en la Basílica de San Felix
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Catedral de Santa María
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Moi en la Catedral de Santa María
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Paseo Arqueológico
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La leona de Girona, a la que hay que besar el culo para tener un buen viaje o volver a Girona
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Basílica de San Felix
Llegamos a la estación, nos bajamos del tren y no allí no habían mapas de la ciudad. Fail. Nos encontramos con una ciudad solitaria, donde a pesar de ser sábado al medio día todo estaba misteriosamente cerrado. Resulta que no se como hicimos pero llegamos justo el día de la fiesta de San Narciso, un festivo local, según nos informó una chica en el museo del cine.
Sin embargo eso fue bueno porque había un mercadillo de artesanías sobre la rivera y uno de los puentes del río Oñar y por allí mismo quedaba la oficina de turismo, con tan mala suerte que llegamos justo cuando cerraron la oficina y nos tuvimos que devolver sin mapa.
Caminamos por las calles estrechas del casco antiguo, llegamos a la catedral y pudimos entrar gratis (ese día era gratis no recuerdo por qué). La Catedral de Santa María posee la nave gótica más ancha del mundo, con una anchura total de 22,98 metros. Es un poco abrumadora la verdad, vale la pena entrar a la catedral y al museo que queda allí mismo, sobre todo por una reliquia llamada Tápiz de la creación. El arte religioso es bastante impresionante.
Después de ahí fuimos al paseo arqueológico en donde hay murallas antiguas y un mirador a la ciudad que también vale la pena. Luego fuimos a almorzar a König un sitio que venden como 20 tipos de hamburguesa a muy buenos precios, unos 7 euros con bebida.
Cuando salimos de ahí vimos a la famosa leona de Girona, según la leyenda todo buen gerundense que quiere volver sano y salvo de un viaje está obligado a besar el culo de la leona, así como todos los visitantes de la ciudad que deseen volver algún día a Gerona.
Finalmente fuimos en busca de la plaza de la Independencia y encontramos un mercado donde vendían postres y pues obviamente teníamos que probar, ya de ahí regresamos a la estación de tren.
El tiquete ida y regreso nos costó 11,70 + 2,50 de recargo por el tren regional que tomamos de regreso.
En este viaje aprendimos que es bueno llevarse un mapa de la ciudad, así sea pequeño y a blanco y negro.
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