Amsterdam

Creo que me gustaría quedarme a vivir en Amsterdam.

Allí tuvimos la suerte de vivir un poco como verdaderos amsterdamers (excepto por la bici claro). Vivimos tres días en el piso de un chico que alquila cuartos en su casa gracias a la web Airbnb, y cada día tomabamos el ferry para ir de un lado al otro del gran canal, compramos comida en un supermercado donde las etiquetas de los productos estaban en neerlandes y compré por accidente una colada en lugar de un yogurt.

Un día caminamos la ciudad, de la estación central bajamos por la calle Rokin donde  comimos las mejores patatas fritas de Amsterdam (las Maneken Pis) y luego nos topamos con un espectaculo callejero de un escapista. También visitamos una de las librerías mas bonitas del mundo The American Book Center, en donde había una réplica de un árbol y tenían una colección increíble de ciencia ficción.

Nerdgasm!

Uno de los propósitos de la visita a esta ciudad era conocer el museo Van Gogh, con la coincidencia que el día que fuimos caía justo su cumpleaños, así que el museo había organizado un taller de decoración de cupcakes inspirados en sus obras. El museo es muy bello, te cuenta algunos detalles de la vida del artista (en inglés y en neerlandés) y están algunas de sus mejores obras, como La Habitación (curiosamente ya la habíamos visto en París), una versión de los Girasoles, Irises, Autoretrato y Los comedores de patatas. No se pueden tomar fotos, la entrada cuesta 14 euros y no hay descuento para estudiantes.

También fuimos al Rijksmuseum (mismas condiciones pero si se pueden tomar fotos). Allí  está la famosa Lechera de Vermeer y la también muy famosa Night Watch de Rembrant que ocupa una sala especial con una iluminación aún mas especial. Este museo es muy recomendado, realmente puedo uno quedarse asombrado de la belleza de obras como esta.

Aprovechando que estabamos por ahí nos tomamos la foto con las letras I Amsterdam lo cual es todo un logro considerando la cantidad de turistas que hay y también pasamos por Vondelpark.

El último día dimos un paseo en bote por los canales y  fuimos al Red Light District. Allí encontramos las famosas vitrinas con chicas adentro. No se puede tomar fotos a las chicas, no están bailando como yo me imaginé y no están como animalitos en jaulas como muchos se imaginaran. Simplemente están ahí, hablan por celular, entre ellas, fuman están de pie o sentadas, alguna que otra si baila, te sonrien, te saludan, las chicas las hay de todas las formas y colores. Las calles además de las vitrinas cuentan con restaurantes, bares y sex shops y son frecuentadas por diversos tipos de personas, los mas abundantes son los grupos de chicos medio ebrios, seguidos por los grupos de turistas asiáticos muy amables que te toman foticos y ya luego están las parejitas.

Después de ahí nos fuimos a cenar y a la mañana siguiente nos fuimos para Keukenhof, pero eso en otra entrada.

La llamada Venecia del Norte es una ciudad preciosa, Amsterdam tiene ese no se qué  que la  hace especial, algo que aunque sea una ciudad muy bonita sientes que está viva y que no son sólo turistas.